Por: Federico Rubli Kaiser - El Economista
La denuncia la semana pasada del Tesoro de Estados Unidos sobre las tres instituciones financieras mexicanas, presuntamente por irregularidades de lavado de dinero, puso de manifiesto la incompetencia de las autoridades. Fue una sucesión de errores que inocentemente trataron de cubrir con la complicidad de la presidenta Sheinbaum. Veamos.
Primer error: Cuando surge la denuncia pública, la SHCP mantiene silencio y la presidenta pretende desestimar el hecho al rechazarlo y señalar que Estados Unidos no ha presentado pruebas, así que todo es sólo una sospecha infundada. Pero muy pronto se revela que la SHCP y la CNBV desde 2013 habían detectado irregularidades en esas tres instituciones. Las investigaciones siguieron entre 2017 y 2024 con una estrecha colaboración entre las autoridades del Tesoro y la UIF y la CNBV. Dados estos antecedentes, la presidenta miente al decir que no estaba enterada.
Segundo error: Fue poco difundido que, en la Convención Nacional Bancaria de mayo pasado, el subsecretario adjunto del Tesoro, Scott Rembrandt, se reunió con autoridades y dirigentes bancarios. Les expuso la preocupación de su gobierno de que el sistema financiero mexicano exhibiera operaciones ilegales vinculadas con el tráfico de fentanilo y que ello podría llevarlos a actuar. Pero la SHCP no se tomó en serio la advertencia.
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