Alberto barranco / El Universal
Empresa
Convocados
el miércoles pasado los integrantes del Consejo Técnico del Instituto Mexicano
del Seguro Social a una reunión urgente para analizar las observaciones de la
Auditoría Superior de la Federación sobre inversiones fallidas realizadas por
la Tesorería del organismo, el tema salió finalmente del orden del día
La prisa
obedecía a la orden judicial de embargo de las cuentas bancarias de la
Hipotecaria "Su Casita", obtenida por el Instituto, justo de cara a
la adquisición ruinosa de Certificados Bursátiles expedidos por ésta.
Los
recursos en juego alcanzan aparentemente 260 millones de pesos, de una apuesta
original de 864.8.
La
maniobra que coloca de espaldas a la pared a la Sociedad Financiera de Objeto
Limitado, cuya accionista mayoritaria es María Eugenia Sidaoui, intenta
garantizar la redención de los papeles que han sufrido brutales minusvalías en
su cotización.
La
paradoja del caso es que hasta hoy el organismo tripartita no ha iniciado
acción legal alguna contra los responsables de contratar la apuesta fallida, en
un abultado ramillete que en su momento alcanzó a otras empresas en problemas,
entre ellas a la Metrofinanciera, Crédito y Casa, Crédito Inmobiliario y la
Comercial Mexicana.
De
acuerdo al órgano de vigilancia de la Cámara de Diputados, cuando se
adquirieron los papeles, es decir a partir del 2006 y en extensión al 2009, las
emisoras no pasaban por su mejor momento.
De hecho,
la Metrofinanciera ya fue sepultada.
No hubo,
pues, rigor alguno en la selección.
El asunto
se vuelve más grave si se considera que el intermediario en la adjudicación de
los papeles, la mayoría de los cuales tienen hoy etiqueta de
"chatarra", fue el banco Ixe, uno de cuyos directivos era Javier
Molinar Horcasitas, hermano del entonces director general del IMSS, Juan
Molinar Horcasitas.
Aunque
éste no estaba en la instancia financiera cuando se contrataron las apuestas
con la Metrofinanciera, sí tenía el cargo cuando llegaron las de "Su
Casita".
De
acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación en su dictamen sobre la Cuenta
Pública de 2010, el Instituto arriesgó en sus operaciones temerarias mil 882.2
millones de pesos de las reservas para Riesgos de Trabajo; mil 764 de las del
régimen de Jubilaciones y Pensiones, y 465.8 de las de Invalidez y Vida.
Haga de
cuenta el siete rojo en la ruleta… 100 veces.
Las
inversiones, o mejor dicho las apuestas al gallo tuerto y cojo se realizaron a
espaldas del Consejo Técnico y de la Comisión de Inversiones Financieras del
organismo.
El
director de finanzas, entonces, se llamaba Daniel Karam… es decir quien ocupa
hoy la Dirección General.
"Su
Casita" había saturado sus posibilidades de colocación de deuda durante la
crisis del 2008-2009 vía Certificados Bursátiles con perfil de papeles
quirografarios, es decir sin garantías específicas al calce.
Aún así
el IMSS adquirió buena parte de ellos.
La paradoja
del caso, decíamos, es que la demanda a la emisora no está aparejada con una
investigación a quienes contrataron las fallidas apuestas.
Durante
el sexenio zedillista el Instituto no sólo persiguió a su ex-tesorero, Porfirio
Barbabosa, por realizar operaciones que redundaron en graves pérdidas para el
patrimonio de la institución, sino se encarceló a Tomás Peñaloza Webb por
razones idénticas.
De
acuerdo a algunos juristas, el Seguro Social estaría sujeto a los
"Lineamientos para el manejo de las disponibilidades financieras de las
entidades paraestatales" que sujetan la posibilidad de apuestas sólo a
valores gubernamentales.
El
organismo es una entidad descentralizada.
El 15 de
junio pasado el PRI presentó ante la Comisión Permanente del Congreso un punto
de acuerdo para exigir una explicación al IMSS sobre el asunto.
La
exposición de motivos hablaba de haberse jugado los recursos de los
derechohabientes de manera "ilegítima e irresponsable" para rescatar
empresas en quiebra.
Así como
lo lee usted.
Colocada
la industria en el peor de los mundos, con un incremento brutal de
importaciones y una caída en las exportaciones, la sobreoferta de azúcar en el
mercado ha propiciado una caída dramática en su precio.
Si en
octubre del año pasado el bulto de 50 kilos de azúcar estándar valía 729.08
pesos, hoy se compra en 491.33.
La caída
es de 32.6 por ciento.
En
paralelo, el dulce refinado ha sufrido una caída en su costo de venta al
público de 15.2 por ciento. De 767.4 pesos por saco, hoy se cotiza en 649.92.
En el
escenario, sólo durante julio pasado se incrementó en 212 por ciento el volumen
de importaciones, cuyo monto alcanzó 232 mil 952 toneladas, en contraste con
las 74 mil 585 que se habían adquirido en el propio julio del año pasado.
Del otro
lado de la moneda, de acuerdo a la Asociación Nacional de Empresas Azucareras,
las exportaciones cayeron en el mismo mes 41 por ciento, pasando de un millón
323 mil 121 toneladas, a sólo 785 mil 31.
CONCILIO
DE CúPULOS
A
iniciativa del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo
Gutiérrez Candiani, se acaba de integrar un Consejo Asesor de expresidentes del
organismo, en respaldo de la gestión de éste.
A la
puesta de escena del concilio acudieron figuras en largo paréntesis público
como Agustín F. Legorreta, alguna vez el banquero número uno de México; Jorge
A. Chapa, Jesús Vidales Aparicio, Nicolás Madahuar y Mario Sánchez Ruiz con los
colores aún de la Concanaco, por más que éste último llevaba también la
camiseta de diputado panista.
Además,
acudieron a la cita los también exdirigentes de la Concamín, Prudencio López,
Luis Germán Cárcoba, Héctor Larios Santillán y Jorge Marín Santillán.
Significativa,
además, fue la reaparición del polémico exgobernador de Sonora, Eduardo Bours.
Infaltable,
Claudio X. González, quien ha saltado del organismo cúpula de cúpulas al
Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.
Por ahí
también el actual banquero oficial Héctor Rangel Domene y el empresario
agropecuario Armando Paredes Arroyo, además del presidente de Aeroméxico, José
Luis Barraza González.
En la
lista están cuatro ya fallecidos: Juan Sánchez Navarro, por años el gurú de la
causa; Jorge Sánchez Mejorada, Manuel J. Clouthier y Rolando Vega Íñiguez.
MáS
DIRECTIVOS EN CANAERO
En calca
al esquema de la Canacintra, que acumula un ejército de vicepresidentes, la
Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) tendrá cuatro de éstos en su
Consejo de Administración.
Los
cargos se otorgaron a Alfonso Ascencio, de Volaris; Benjamín Mejía Ortiz, de
Interjet; Rodrigo Romero, de United Airlines y Alejandro Cobián, de Mas Air.
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