Rogelio Varela
Usted sabe que una de las críticas más ásperas de nuestra incipiente democracia ha sido su poca efectividad para encontrar un diálogo efectivo entre los diferentes poderes, entiéndase entre el Presidente de la República y el Congreso.
La problemática no es nueva, de hecho Ernesto Zedillo Ponce de León fue el último presidente en gobernar con un Congreso donde la mayoría era de su partido (PRI), pero sólo en la primera parte de su administración.
La realidad es que desde 1997 hemos tenido un poder dividido, lo que ha dificultado la aprobación de reformas legislativas y explica mucho de la parálisis que encara la economía.
Para muchos las elecciones celebradas este domingo no cambiarán mucho ese panorama, lo que obligará a las distintas fuerzas políticas a encontrar caminos para que nuestra democracia no sea estéril, y deje de acreditarse nuestra clase política.
Una de las organizaciones que desde hace años viene proponiendo algunas vías para destrabar las tan traídas y llevadas reformas estructurales es el Grupo Huatusco, el que fundara Javier Beristáin Iturbide, fallecido recientemente y que tuvo el atino de reunir a economistas de todas las visiones para crear consensos que puedan ser aprovechados por nuestros gobernantes.
Apenas en junio pasado, en vísperas de las elecciones, el Grupo Huatusco tuvo su séptimo seminario, donde alertó sobre la necesidad de no dejar pasar que la prioridad en estos momentos es retomar el crecimiento, sin olvidar, claro está, que la economía se halla inmersa en una recesión global.
Y es que la actual recesión está impactando a México más allá de lo que ocurrió en 1929, cuando la economía cayó 4.7 por ciento y tuvo un descenso de 17.6 por ciento entre 1929 y 1932.
Para este año, usted sabe, la OCDE ha pronosticado que el PIB podría desplomarse en alrededor de 8 por ciento, y francamente se ven pocos motores que permitan esperar una recuperación rápida, con todo y la notable expansión del gasto público.
Huatusco considera que la Gran Depresión en su momento fue encarada con grandes reformas estructurales que permitieron al país conseguir una expansión ininterrumpida en los siguientes años, de ahí que a partir de las enseñanzas de la historia deberíamos seguir una ruta similar.
En otras palabras, el Grupo Huatusco considera que esta crisis debe ser la gran oportunidad para tratar de modernizar la economía, aunque ello implique costos políticos.
Concretamente plantea fortalecer al órgano antimonopolio, la mejora en el sistema educativo, una reforma judicial y una revisión profunda de la política industrial, si es que existe alguna, ya que desde la apertura de la economía todo se ha dejado a las fuerzas del mercado.
Los economistas que están en el Grupo Huatusco señalan que las reformas deben reconocer que la economía mexicana está muy ligada al ciclo del sector industrial de Estados Unidos, aunque aclaran que no necesariamente la apertura y la alta dependencia de las manufacturas hacia la exportación son responsable de la gran vulnerabilidad de nuestra economía.
Un tema que a juicio de ese grupo deberá revisarse, es la marcha de nuestro mercado laboral, sin duda seriamente afectado por la actual coyuntura, y que debería flexibilizarse a la luz de una caída en el empleo y en los niveles de inversión.
Añada que en los últimos años se ha preferido solapar la ilegalidad y el empleo informal, precisamente por los altos costos para generar un empleo.
En fin, la caída que sufrirá este año nuestra economía debería preocupar a nuestra clase política, que ha hecho a un lado el tema de las reformas estructurales por el costo que pueden tener ante el elector, pero para muchos la profundidad de la crisis debería hacer que esa situación cambie si se quiere evitar que los efectos de la recesión se prolonguen más.
Fuente: El Financiero, Columna Corporativo.
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