Sergio Sarmiento - El Siglo de Durango
A quienes dicen que los chantajes de la CNTE no funcionan les sugiero revisar el decreto presidencial del 13 de junio que congela la edad de jubilación de maestros y burócratas que no están en el sistema de Afores y que la reduce a partir de 2028. Por lo pronto, esta edad se mantiene en 58 años para hombres y 56 para mujeres, pero bajará gradualmente a 55 y 53 en 2031. El decreto lo justifica por razones de “solidaridad” y “justicia social”, pero solo para un grupo de la sociedad, los maestros y los burócratas. El resto de los mexicanos, los que no tenemos el privilegio de vivir en el presupuesto, tendremos que seguir jubilándonos a los 65. Lo peor es que el gobierno ni siquiera quiere dar a conocer el costo de la medida.
La reducción de la edad de jubilación ha sido desde hace años una de las banderas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Esta edad había venido subiendo gradualmente tras la reforma del ISSSTE de 2007 con el objetivo de alcanzar los 60 años para hombres y 58 para mujeres en 2028. El resto de los mexicanos nos seguimos jubilando a los 65. La decisión de 2007 de aumentar la edad para los trabajadores del ISSSTE se sustentó en proyecciones actuariales que señalaban el costo enorme para el gobierno de mantenerla tan baja. Hoy, bajo la presión de la CNTE, el gobierno se echa para atrás, pero cobrará el costo a los contribuyentes.
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