- El presidente Pezeshkian anuncia el fin de la guerra de 12 días. El reto ahora es que la tregua no salte por los aires y devolver a Teherán a la mesa negociadora
Luis de Vega - Iker Seisdedos - Tel Aviv / Washington - El País
Estados Unidos y Qatar obligaron a Israel e Irán a aceptar un alto el fuego que en los últimos días se antojaba poco menos que imposible, dada la violencia de los ataques de ambos viejos enemigos desde que Israel abriera fuego el pasado 13 de junio. Ahora que los bombardeos han cesado, tras una considerable presión de Donald Trump, queda por delante un doble reto, especialmente complejo para los modos impacientes del presidente estadounidense: lograr que la frágil tregua no salte por los aires y retomar las negociaciones con Irán que Washington tenía previstas para el 15 de junio en Omán y que la ofensiva israelí dinamitó.
La tarea de mantener aparcadas las hostilidades no parece sencilla; hay mucha desconfianza instalada, y la rivalidad entre ambos contendientes es antigua. Además, la tensión se ha disparado hasta niveles nunca vistos en una guerra que a Trump le divirtió bautizar el lunes como la “de los 12 días”, etiqueta que en la región solo puede remitir a una cosa: la guerra de los Seis Días de 1967. El propio presidente iraní, Masud Pezeshkian, ha empleado el término para dar por buena la tregua. “Estamos presenciando un alto el fuego y el fin de la guerra de 12 días que fue impuesta al pueblo iraní a través de la agresión imprudente y el belicismo del régimen sionista”, ha afirmado a través de un comunicado, informa Efe.
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