Agustín Basave - Milenio
La era de la ira, como yo le llamo a los tiempos que vivimos, es en gran medida producto de la desigualdad informada. Lo he dicho antes: la brecha entre los de arriba y los de abajo se ensancha al tiempo que el conocimiento democratiza, por lo que los muchos que tienen y deciden poco saben lo suficiente para indignarse ante los pocos que tienen y deciden mucho. Internet permite que todos estén al tanto de las complicidades de élites políticas y económicas para beneficiarse y negligir o dañar los intereses de las mayorías, lo cual ha puesto en crisis a la democracia. La ganancia en ese río revuelto es para pescadores populistas, que aprovechan el enfado colectivo para ganar elecciones y luego desmantelar instituciones democráticas. El remedio resulta peor que la enfermedad.
Pero los demócratas hemos cometido el error de hablar demasiado de ganones y muy poco de causantes. Aunque yo suelo señalar políticos corruptos, apenas un par de veces he denunciado la codicia desbocada de empresarios que alimenta el populismo.
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