- Si el gobierno federal lo aceptara, el combate contra ellos sería más claro, más contundente y la colaboración indispensable para llevarlo a cabo sería más transparente.
Jorge Fernández Menendez - Excélsior
Decía Leopoldo Calvo Sotelo, cuando era jefe de gobierno español (hablaba básicamente de la ETA en esos años de plomo) que “el terrorismo no es sólo, como se dice a menudo, un problema de Estado, sino que es el gran problema que pone en riesgo la propia realidad del Estado”.
Les tenemos miedo a las palabras, pero el hecho cierto es que los cárteles mexicanos son terroristas. Cometen actos de terror contra la población para doblegar a las autoridades e imponer sus condiciones, utilizan armamento militar de alto poder, realizan ejecuciones cotidianas, secuestran, desaparecen personas, torturan, desmiembran, realizan masacres indiscriminadas, usan minas terrestres, drones con explosivos, realizan emboscadas contra las fuerzas de seguridad, se apropian de empresas, ranchos, minas. Ese conjunto de acciones con un costo de 200 mil vidas sólo el sexenio pasado, con más de 50 mil desaparecidos, y un alto precio para la calidad de vida y el desarrollo del país, puede y debería considerarse terrorista. Y desde cualquier visión externa se califica como tal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario