Gerardo Esquivel - Milenio
Este año fue un parteaguas en la vida pública del país. 2024 se caracterizó por cuatro elementos que están relacionados, pero que conviene entenderlos por separado.
El aval social a la gestión de AMLO. Las elecciones de junio se convirtieron en un referéndum sobre la gestión de AMLO. La forma en que se alinearon los partidos y los temas de debate en la campaña mostraron una clara división entre los que defendían las políticas del gobierno y aquellos que las criticaban como populistas y erróneas. Al final, el voto popular se decantó a favor de respaldar los programas sociales, la política salarial, el desarrollo regional del sur-sureste del país y el contacto y la comunicación con la población. La reducción de 100 mil pobres por mes que ocurrió entre 2018 y 2022 fue rotundamente reivindicada en las urnas.
El colapso de la oposición. Los partidos opositores se colapsaron en 2024. PRI, PAN y PRD nunca entendieron lo que estaba pasando en el país. Sus dirigencias, cada vez más alejadas de sus bases y de la población, se caracterizaron por su mediocridad y por su notable incapacidad para ofrecer alternativas viables y creíbles a la población. Nunca hubo el menor asomo de autocrítica por haber impulsado políticas que redundaron en 100 mil pobres más por mes entre 2006 y 2018. Las pugnas internas los siguen consumiendo y la disputa por migajas es un espectáculo lamentable. Aun ahora, a meses de la elección, la oposición se muestra confundida y derrotada.
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