Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Cada vez son más las dudas, la incertidumbre y los problemas de organización que rodean a la primera elección judicial en la historia contemporánea de México.
Con el tiempo recortado y ajustado, porque el proceso electoral empezó formalmente desde septiembre, pero el INE aún no avanza nada en la organización ni en la logística de los comicios; sin dinero ni financiamiento suficiente, porque los consejeros electorales proyectaron un costo de 13 mil millones de pesos, pero en el Congreso les darán menos de la mitad de ese monto; y sin experiencia previa en este tipo de elecciones que involucran hasta 500 candidatos en una boleta para que elija el ciudadano, no se ve cómo estas votaciones vayan a salir bien realizadas.
Vendidas en el discurso demagógico como "la primera vez que los ciudadanos podrán elegir a sus jueces", las elecciones judiciales serán en realidad un experimento que no tendrá los mismos niveles de certeza y de organización profesional que hoy caracterizan a las elecciones en México, características que le han valido al INE reconocimientos y hasta peticiones de capacitación en otros países del mundo que tienen incluso democracias más avanzadas que la mexicana.
Ni siquiera entre los entusiastas promotores de esta elección, la mayoría candidatos interesados o autoridades federales que promovieron la Reforma Judicial, hay optimismo sobre el éxito de esta primera elección. Desde la misma 4T se habla de que el nivel de participación que podrían alcanzar los comicios judiciales del 2 de junio sería algo similar al referéndum de ratificación de mandato que tuvo lugar el domingo 10 de abril del 2022. En aquel ejercicio, que también fue inédito, participó apenas 17% del padrón electoral nacional, que entonces tenía 92.8 millones de votantes registrados y habilitados para votar, es decir, que 83% no votó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario