- Robert Francis Prevost, de 69 años, agustino y que ha sido obispo en Perú, supone el triunfo de la continuidad pero con garantías de gobierno y solidez doctrinal
Íñigo Domínguez - Roma - El País
León XIV, Robert Francis Prevost, de 69 años, es desde este jueves el primer papa estadounidense, un agustino conciliador, tímido y de trato humilde que la Iglesia sitúa en primera línea ante la polarización de Donald Trump y la deriva política populista en Estados Unidos y en el mundo. Sus primeras palabras han sido una llamada a la paz, ante una multitud que no sabía muy bien a quién tenía delante, pues es un gran desconocido: “La paz sea con todos vosotros”. Supone el triunfo de la continuidad del legado de Francisco.
Este hombre que también tiene la nacionalidad peruana era el gran candidato en la sombra del sector más progresista, pero con más apoyos en muchas direcciones, por su perfil pragmático y de centro. Ofrecía garantías a los conservadores de solidez de gobierno y estabilidad doctrinal, es un Papa tranquilo con la misión de aplacar los ánimos en la fuerte división con la que la Iglesia ha llegado a este cónclave. Prevost ha pasado décadas vinculado a Perú como obispo, por lo que conjuga un perfil de norte y sur, una vía intermedia tras Francisco, que era argentino, sin salir de América. Su padre era de origen italiano y su madre, de ascendencia española, y en su casa se comían platos de la cocina ibérica. En su discurso ha dicho algunas palabras en español y ha recordado su diócesis peruana, Chiclayo.

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