Serpientes y Escaleras
Salvador Garcia Soto - Expreso
El próximo domingo quedará inscrito en la historia política del país como el día en el que el Poder Judicial Federal y el concepto de democracia cambiaron en México no necesariamente para mejorar.
Porque los vicios de origen y la superficialidad de la reforma constitucional que dio pie a la formación de un nuevo sistema judicial, no ofrece ninguna garantía de que la votación a la que se convoca a los ciudadanos bastará para garantizar un modelo de justicia mejor o exento de corruptelas y, por el contrario, la confusa y manipulada elección que ocurrirá este 1 de junio abrirá la puerta a un Poder Judicial controlado, manipulado y sometido al régimen gobernante.
Y si nada garantiza una mejora real en la justicia, para la democracia mexicana, tal y como la conocimos en los últimos 30 años, los comicios de este domingo también representan un grave retroceso porque, lejos de los procesos confiables, profesionales e imparciales que logramos tener desde la reforma política de 1996, la de los jueces, magistrados y ministros será una elección con la que regresarán, de manera abierta y cínica, los peores vicios de los procesos electorales de la era priista: el voto corporativo, el acarreo masivo de votantes que sustituye al voto ciudadano y, como ocurría en el antiguo régimen del PRI, una elección cuyos resultados ya se conocen y éstos serán totalmente favorables a los intereses del gobierno y su partido.
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