- El tema de fondo es la reforma de la ley de jubilación del ISSSTE. Si los maestros están utilizando esta exigencia como un recurso para negociar de manera favorable otras prestaciones, el asunto es “tramitable”. Pero si su propósito indeclinable es la reinstalación del antiguo sistema de pensiones, el problema es mucho más serio.
Hoy viene al caso el recuerdo de una entrevista que vi en televisión hace algunos años, cuando maestros de la CNTE marchaban para protestar por la reforma educativa de Enrique Peña Nieto. El reportero de la televisora, obsequioso con el Gobierno, trató de ridiculizar lo que intentaban defender los profesores con un interrogatorio que parecía demoledor: ¿no le resulta deshonesto que ustedes se hereden las plazas en las escuelas entre familiares sean o no buenos maestros? ¿Usted cree que eso es lo mejor para la formación de las nuevas generaciones? ¿Eso es lo que ustedes están defendiendo? Pues sí joven, respondió palabras más palabras menos una de las marchistas, es cierto que eso es lo que estamos defendiendo, porque el Gobierno quiere quitarlo. Pero mire, nosotros venimos de Oaxaca y nos preguntamos ¿por qué los gobernadores si pueden dejar la plaza a su hijo y nosotros no?

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