- Trump ha iniciado su segundo mandato con una estrategia de tres frentes: aislar a China, reindustrializar Estados Unidos y reescribir las reglas del orden internacional. ¿Tiene la capacidad, el tiempo y el respaldo suficiente para lograrlo?
Por: Eduardo Turrent Mena - El Economista
Acaban de cumplirse los primeros cien días del segundo mandato de Donald Trump. Aunque se trata de un referente simbólico sin base legal ni relevancia institucional, sigue siendo una construcción útil para hacer un “corte de caja” y una oportunidad para tomar distancia y analizar hacia dónde se dirige su gobierno. El ritmo es vertiginoso y ha estado marcado por anuncios improvisados, estrategias que parecen contradictorias y una ejecución marcada por la prisa y la confrontación.
Ese entorno ha generado una inestabilidad económica que tiene nerviosos a los mercados. Deutsche Bank advierte que tres señales clave podrían estar anticipando una nueva recesión: Primero, los inversionistas apuestan por recortes agresivos de tasas, pero las expectativas de inflación siguen subiendo, lo que podría obligar a la Reserva Federal a mantenerlas elevadas. Segundo, mientras los bonos del Tesoro reflejan miedo-volatilidad, las acciones y los créditos corporativos aún no muestran ese nivel de alarma. Y Tercero, el apetito por activos estadounidenses se ha debilitado: el dólar cayó a mínimos de tres años y los bonos sufrieron ventas abruptas, todo en medio del caos arancelario y la creciente pérdida de confianza global en la economía estadounidense. A esto se sumó el último dato publicado: el Producto Interno Bruto de Estados Unidos se contrajo 0.4 % en el primer trimestre, por debajo de lo esperado y marcando su primera caída desde 2022. El rumbo es incierto, pero si en los próximos 90 días Estados Unidos logra firmar acuerdos comerciales bilaterales -favorables a su causa-, los mercados podrían recuperar el optimismo y la economía el rumbo.
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