- La elección para elegir jueces, magistrados y ministros el próximo año, está repleta de enredos y cosas raras. Es una trampa
Manuel López San Martín - El Heraldo de México
En la ruta del experimento en el que nos encontramos, hay obstáculos y opacidad. El riesgo del caos es alto.
La elección para elegir jueces, magistrados y ministros el próximo año, está repleta de enredos y cosas raras. Es una trampa.
A dos meses de la aprobación de la reforma que ordenó una elección inédita, y con el proceso electoral extraordinario en curso, no sabemos ni lo básico: ¿quiénes contarán los votos? ¿Cuántas casillas se instalarán? ¿Cómo se decidirá dónde se instalan? Es más, no hay claridad siquiera sobre si habrá recursos para organizar los comicios, que de por sí son un enredo, pues el procedimiento para votar será engorroso, largo (con cientos de nombres en distintas boletas) y con posibilidades infinitas de que las cosas salgan mal.
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