Federico Reyes Heroles - El Siglo de Durango
La foto quedará. Cuatro presidentes latinoamericanos y Ursula von der Leyen, cabeza de la Comisión Europea, dándose la mano. Atrás quedan 25 años de negociaciones. La Unión Europea y Mercosur pactan crear ¡la mayor zona de libre comercio… del mundo! Más de 700 millones de consumidores potenciales, del hemisferio norte y del sur. A pesar de las distancias, sus economías tienen enormes potenciales complementarios. El mundo cambia.
Imaginemos los productos industrializados y bienes de capital de la UE llegando -sin aranceles- a los 220 millones de consumidores brasileños. O viceversa, el potencial agrícola y minero de Brasil, circulando por la Unión. Al final está el consumidor europeo con alimentos a mejor precio, o los automóviles europeos circulando por Bahía. Es Brasil, que siempre se ha soñado como imperio, pero cuyo producto per cápita (ppc) no llega a los 9,000 dls. Vienen los equilibrios políticos: un tercio de sus exportaciones va a China, país que ya se convirtió en su principal socio comercial. Lula da Silva mirando a Europa como próxima escala en el desarrollo del gigante. Milei de una Argentina -50 millones, menos de 10 000 dls. de ppc- que fuera una de las diez principales potencias del mundo hace un siglo, negociando. El "granero del mundo" abriéndose horizontes más allá de Brasil y de …China. Lacalle Pou por el Uruguay, el pequeño país que siempre nos da lecciones: exportador de productos agrícolas, pero también textiles, resinas o caucho. Paraguay -menos de 7 millones, 6 500 dls. ppc- pero que genera envidia por su capacidad hidroeléctrica, hoy muy cotizada. Mucho que comerciar, con ganancias para las empresas, sí, pero, sobre todo, para los ciudadanos.
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