- Los argumentos económicos a favor de una gran bajada eran muy sólidos y la Reserva Federal no se dejó intimidar
Paul Krugman - El Paìs
En cierto sentido, podría decirse que la decisión del miércoles de la Reserva Federal de bajar los tipos de interés tuvo una importancia mínima. El tipo de interés que la Reserva controla más o menos directamente –el tipo de los fondos federales– es el tipo al que los bancos se prestan dinero unos a otros a un día. Y es difícil pensar en empresas o consumidores que vayan a cambiar sus planes porque el tipo de interés anualizado de los préstamos a un día haya bajado medio punto porcentual, desde alrededor del 5,5% a alrededor del 5%, lo que significa que, si se piden 1.000 dólares prestados, el reembolso al día siguiente baja 1,4 céntimos.
Pero ha sido una maniobra trascendental de todos modos. Para empezar, los cambios en los tipos de la Reserva Federal tienden a repercutir en los tipos de interés a largo plazo, que son los realmente importantes para la economía. Por ejemplo, la serie de subidas de tipos que la Fed emprendió en 2022 y 2023 elevó los tipos de interés de las hipotecas fijas a 30 años hasta casi el 8%, desde alrededor del 3%.
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