Samuel García - El Sol de México
Desde el oficialismo, se sigue usando al superpeso y a las remesas como indicadores de la fortaleza de la economía mexicana. Nada más falso.
Sin embargo, hay que admitir que su uso frecuente para fines de propaganda política, le sigue funcionando bien al gobierno de Claudia Sheinbaum, como lo hizo con tanta frecuencia y eficacia López Obrador. No por nada en las encuestas de desempeño del gobierno, el manejo de la economía sigue siendo el segundo rubro mejor calificado, solo detrás de los programas sociales.
Y es que para la gran mayoría de mexicanos es sencillo aceptar la idea, de primera instancia, que si el peso no se deprecia frente al dólar, a pesar de las amenzas de Donald Trump y los desbarajustes financieros mundiales que provoca, es simplemente porque la economía mexicana es fuerte.
Un discurso, con efecto parecido entre la población, es el que se lanza cada vez que se anuncia que llegaron al país miles de millones de dólares en remesas, como si fuera obra y gracia del gobierno federal. Mensajes falsos, pero con fuerte impacto a favor del oficialismo entre la opinión pública.
Incluso, entre los medios especializados en asuntos económicos se ha aceptado la explicación del superpeso en razón de la fortaleza de una economía a toda prueba.
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