Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Con una reforma que imita en muchas de sus partes a la llamada Ley Resorte de Venezuela (de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios electrónicos) y que recupera también otras partes de la fallida reforma de Peña Nieto en 2014, la presidenta Claudia Sheinbaum intentó aprobar, en fast track y sin que nadie conociera el contenido completo de la iniciativa, una nueva Ley Federal de Telecomunicaciones que, además de establecer el nuevo marco legal que imperará en el sector tras la desaparición del Ifetel, aprovechaba para introducir conceptos y disposiciones que le dan a su gobierno superpoderes para censurar, controlar y castigar a medios, plataformas digitales y hasta cuentas de redes sociales personales que trasmitan contenidos que las autoridades consideren "lesivos al interés público".
Y aunque la presión y la reacción tan fuerte que generó entre las empresas de medios y contenidos y los usuarios de redes sociales obligó a la Presidenta a meter freno y ordenar que se analice a fondo la ley y se abra un periodo de consultas con los sectores sociales involucrados y los expertos en la materia, la realidad es que la mayoría de Morena en el Senado, que se aprestaba a aprobar sin cambios y sin siquiera conocer el contenido de la reforma de telecomunicaciones, no actuaba motu proprio y, como siempre lo hacen, seguían las instrucciones del Palacio Nacional en donde querían aprovechar el fin de la Pascua para meterles un huevo envenenado a los mexicanos para limitar y controlar la libertad de expresión constitucional.
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