Raúl Zibechi - Periódico La Jornada
El “monopolio de la violencia legítima” es para Max Weber la síntesis del Estado moderno, una definición aceptada y escasamente cuestionada. Creo que esto no sigue siendo así desde que el Estado ha sido privatizado por el gran capital. Un buen ejemplo es la proliferación de policías privadas en todo el mundo, que no son reguladas seriamente y expanden sus espacios de intervención.
Existe un mercado global de 248 mil millones de dólares para servicios de seguridad privada que “está transformando la aplicación de la ley en casi todas partes” (Asia Times, 11/9/24). Según Asia Times, las policías privadas superan en la mayoría de los países a la policía. En Estados Unidos la relación es de tres a dos.
Pero en Sudáfrica, donde hay casi 3 millones de agentes de seguridad privados registrados, la relación es de cuatro a uno respecto de la policía. En Brasil es de cinco a uno, y es muy probable que en la mayoría de los países los datos sean incompletos. Un informe de Prensa Comunitaria de 2019, asegura “las agencias de seguridad privadas son el ramo comercial que más ha crecido en estas últimas décadas, y el negocio continúa en expansión” (https://goo.su/4RuN2ld).
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