- Cada vez son más los mexicanos que apuestan a que EU le eche el guante al que pronto será expresidente de México y que termine siendo acusado por encubrir y proteger al narcotráfico.
Serpientes y Escaleras
Salvador Garcìa Soto - El Universal
Si el final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador está resultando cada vez más tenso, turbulento e incierto, el arranque del gobierno de Claudia Sheinbaum no pinta muy diferente. No por lo que haga o deje de hacer la nueva presidenta, que hasta ahora sigue ciegamente la línea de su jefe político, sino por las herencias negativas y el ambiente envenenado que le dejará su antecesor con la imposición de sus reformas constitucionales a contracorriente de opiniones, advertencias y mensajes, lo mismo de empresarios nacionales que de inversionistas extranjeros y los gobiernos de otros países, principalmente de nuestros vecinos y socios comerciales de Estados Unidos y Canadá.
El de Sheinbaum no será para nada un arranque terso ni normal, gracias a la actitud tan radical y beligerante con la que López Obrador decidió terminar su sexenio, y aunque la primera presidenta mexicana de la historia pueda sortear correctamente los primeros tres meses, y deseamos que así lo logre, el panorama para el 2025 que le pronostican y dibujan los bancos, analistas y calificadoras internacionales, es el de un año económico difícil, con posibles turbulencias y movimientos de capitales, un tipo de cambio volátil al alza, un crecimiento mínimo estimado en 1.3% y, lo más delicado, una posible fuga de capitales y cancelación de inversiones si se aprueba el nuevo modelo judicial que politiza y manipula, con el cuento del “voto popular y democrático”, la impartición de justicia, el Estado de derecho y la certidumbre legal que reclaman los inversionistas nacionales y extranjeros.
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