miércoles, 28 de agosto de 2024

PODER JUDICIAL, MÁS ALLÁ DE LOS DIRETES

  • La reforma que se propone no es descabellada ni un asalto contra la democracia en sí misma. Pero son legítimas algunas de las preocupaciones

Trabajadores del Poder Judicial de México protestan contra la reforma a la Constitución en la Ciudad de México, el 23 agosto 2024. Mónica González Islas

Jorge Zepeda Patterson - El País

 ¿Es la reforma judicial el principio del fin de la democracia mexicana porque propicia la instalación de un régimen autoritario, sin controles? ¿O es la vía para ayudar a limpiar la corrupción en un sector elitista y privilegiado, y para evitar que sea instrumento de los conservadores en contra de los cambios en favor de las causas populares?

Veamos lo esencial de este proyecto. Elegir a los jueces en sí mismo no elimina la corrupción; si eso fuera cierto no habría diputados corruptos. Incluso hay el riesgo de que ganen los que tienen mejores padrinos, no precisamente la mejor fórmula para tener tribunales honestos. Si este esquema va a prosperar tendría que ofrecer garantías para que el proceso fuera lo más eficiente posible. De allí la importancia, por ejemplo, de la selección de candidatos a partir de perfiles profesionales y normas precisas para las campañas. Pero tampoco es que esta opción sea el fin del mundo judicial como se anticipa. ¿Por qué?

Ler más

No hay comentarios:

Publicar un comentario