Por: Jorge A. Castañeda Morales - El Economista
El panorama económico de México para 2025 se presenta desafiante, con un crecimiento proyectado de entre 1.2 y 1.3%, inferior a 2.3% estimado por el gobierno. Esta desaceleración se atribuye a problemas estructurales internos y a la persistente incertidumbre global.
La inversión pública ha disminuido significativamente, con una caída estimada de 16.3% en términos reales para este año. Los recursos se han destinado a proyectos de bajo retorno económico, como algunos desarrollos ferroviarios, mientras sectores estratégicos como infraestructura industrial y logística son desatendidos. Esta asignación ineficiente de recursos limita el potencial de crecimiento y la capacidad de México para aprovechar oportunidades como el nearshoring.
En el ámbito laboral, la creación de empleo formal ha sido insuficiente. En noviembre de 2024 se generaron apenas 26,000 empleos, y en diciembre se registró una pérdida de 405,000 puestos, la mayor caída en más de dos décadas. Aunque diciembre suele mostrar ajustes estacionales, esta cifra es alarmante. El empleo formal creció sólo 1% en 2024, lo que restringe el consumo privado, motor clave de la demanda interna.
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