Mario Maldonado - Sonora Presente
A 10 días de que la presidenta Claudia Sheinbaum presumiera los resultados del primer año de operaciones de la nueva Mexicana de Aviación, el pasado 26 de diciembre, la aerolínea bajo control del Ejército anunció la suspensión de operaciones en ocho rutas nacionales, obligando a la mandataria a enfrentar uno de los momentos más incómodos de su incipiente administración, para justificar como un proceso de “revisión” lo que para la compañía podría ser el primer paso de una nueva quiebra.
En aquel jueves posterior a la Navidad, el director de la línea aérea, el general Leobardo Ávila Bojórquez, anunció con bombo y platillo el movimiento de 382 mil pasajeros en su primer año, y un total de 7 mil 217 operaciones, apenas el 0.3% de los 108 millones de viajeros que abordaron una aeronave desde una terminal en territorio nacional. Es decir que los datos no eran para presumir.
En ese momento se dijo que las rutas más “exitosas” de Mexicana son las que conectan al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles con las terminales de Tijuana, Tulum y Mérida, por lo que son de las pocas que se van a mantener a partir de esta semana. No obstante, se omitió informar sobres el fracaso que representaban las rutas de Guadalajara, Acapulco, Ixtapa, Nuevo Laredo, Puerto Vallarta, Uruapan, Campeche y Villahermosa, determinantes para acumular pérdidas por alrededor de mil 200 millones de pesos en 2024.
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