Jorge Zepeda Patterson - Milenio
Alfredo San Juan
La prensa mundial, y en particular la estadounidense, contempla las últimas horas antes de la elección con expectativas inciertas no solo por lo apretado de los momios, también por la sensación de que se trata de comicios inéditos. Nunca antes una de las partes había anticipado acusaciones de fraude en caso de perder, entre otras excepcionalidades que aporta el trumpismo. Del abundante material disponible entre los análisis más actualizados de diarios y semanarios, destaco lo que me parecen tres claves para aproximarse a lo que sucederá esta noche.
1. ¿Por qué la mitad de la población votará por Trump, un personaje caricaturesco que en el pasado habría sido “invendible” en las urnas? Los expertos ofrecen tres explicaciones. Una es el peculiar sistema electoral, con primarias cada vez más mediáticas que escapan al control de las burocracias partidistas, y a una definición por entidades completas y no por el voto popular (hace ocho años Hillary obtuvo más votos, pero perdió; lo mismo podría suceder con Kamala esta noche). Otra razón es económica. En los cuatro años en los que gobernó Trump, Estados Unidos tuvo un buen desempeño económico; en parte por un contexto que le favoreció, y en parte por medidas que, si bien fueron irresponsables por el déficit y el endeudamiento, en lo inmediato estimularon la inversión. Lo paradójico es que con Biden también la economía ofrece un balance más que aceptable, comparada al resto del mundo. Pero una buena parte de la opinión pública piensa lo contrario. Lo cual conduce al tercer factor, el que verdaderamente importa. Los aspectos anímicos.
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