Por: Federico Rubli Kaiser - El Economista
Es valioso que personajes de la vida pública decidan escribir su autobiografía para narrar sus experiencias de su paso de décadas por el servicio público. Simplemente desde el punto de vista de la historia política, siempre tendrán una narrativa interesante que sirva de lección y que sería un desperdicio que quedara en el olvido.
Ahora, Francisco Labastida Ochoa nos comparte La duda sistemática. Autobiografía política, que es un recuento detallado de su paso de 45 años como funcionario público al frente de tres secretarías (Energía, Agricultura y Gobernación), la gubernatura de Sinaloa, la embajada en Portugal, el Senado de la República y, desde luego, la candidatura presidencial del PRI. Es ante todo un texto que proyecta su honestidad, pues como señala Luis Rubio en el Epílogo, hay dos tipos de autobiografías: las que “sirven a los autores para exaltar su vanidad” y aquellas que narran sus vivencias para transmitir experiencias que puedan ser útiles. Este libro pertenece a ese segundo grupo. De entrada, es agradecido con quienes reconoce como sus tres mentores profesionales: Fernando Hiriart, Julio Rodolfo Moctezuma y Miguel de la Madrid.
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