Rolando Cordera Campos - Periòdico La Jornada
Vaya con la ilusión utópica del título de este artículo. ¿Más allá de las confusiones? ¿Cómo si ellas no fueran lo nuestro? ¿Cómo ir más allá del hábitat opaco y sí, confuso, que tan afanosamente nos construimos?
Aparte de su metafísica ineludible, la consigna de inicio debe asumir que hacer cabeza en esto de confundirnos, confundir, confundirse, ha tocado al gobierno anterior y, por desgracia, también al actual. Y aquí sí que estamos en problemas.
En nombre del voto mayoritario, el gobierno del segundo piso pretende erigir el culto a un “nuevo dios”, deidad de la verdad democrática y absoluta. Y bien apoyado por la voluntad mayoritaria; la voluntad del pueblo. Qué mayor prueba se puede pedir en estos tiempos posmodernos y de neoliberalismos sometidos por dicha voluntad, salvo en los asuntos de moneda y crédito decretados monopolio del poder hacendario.
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