Arturo Damm Arnal - La Razón de México
La semana pasada Sheinbaum se reunió, en el marco del CEO Dialogue (diálogo con directores ejecutivos de empresas privadas, mexicanas y estadounidenses, organizado por el Consejo Coordinador Empresarial y la Cámara de Comercio de los Estados Unidos), para decirles, en esencia, que la reforma del Poder Judicial no afectará sus intereses, es decir, que no violará sus derechos a la libertad individual para emprender, a la propiedad privada sobre los medios de producción, y, sobre todo por tratarse de una reforma judicial que sustituye la meritocracia por la democracia como método para elegir juzgadores, que no afectará a la impartición honesta y eficaz de justicia. “Confíen, inviertan”, fue el mensaje.
Después del encuentro, Ebrard, el secretario de Economía, escribió en su cuenta de X: “Lo confirmado (de inversiones extranjeras directas), rebasa 20 mil millones (de dólares), y lo que podría ser para 2025 rebasa los 30 mil millones de dólares; nos fuimos por la más conservadora porque es lo confirmado”.
20 mil millones de dólares de inversión extranjera directa, para lo que resta de 2024, ¿es mucho o poco? Comparemos. Entre enero y agosto entraron al país, por concepto de remesas (los dólares que los mexicanos que viven y trabajan en Estado Unidos mandan a sus familiares en México), 43 mil 027.39 millones. De mantenerse, en lo que resta del año, la tendencia observada entre enero y agosto, el envío de remesas en 2024 podría sumar 64 mil 541.04 millones de dólares. ¿Cuál podría ser el monto total de inversión extranjera directa en 2024? Suponiendo que en el segundo semestre se mantenga la tendencia del primero, 62 mil 192 millones de dólares, 2 mil 349 04 millones menos que el envío de remesas.
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