Jorge Zepeda Patterson - Milenio
Alfredo San Juan
Poco o nada podemos hacer frente a la alta probabilidad de que Donald Trump gane las elecciones la próxima semana y atormente al mundo durante los siguientes cuatro años, a partir de enero. No importa cuántas veces nos digamos unos a otros que se tra
ta de un triunfo absurdo de la estupidez o la maldad, encarnada en un hombre que constituye la representación misma del narcisismo y el abuso.
El regreso de Trump no solo es alarmante por las consecuencias que podría acarrear para el mundo en lo general, y para los latinos y mexicanos en particular. Ya habrá tiempo y espacio para que los expertos revisen las estrategias políticas y económicas a las que unos y otros tendríamos que recurrir para paliar el impacto de la presencia de este personaje en la Casa Blanca. Este fin de semana The New York Times anticipó un análisis sobre las posibilidades de que Trump cumpla esta vez sus peores amenazas. El diario concluye que, a diferencia de su primer periodo, en esta ocasión no podríamos confiarnos en que luego olvide sus advertencias o sea incapaz de ponerlas en marcha. Le evitaré al lector los ominosos presagios en los argumentos de la publicación neoyorquina.
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