- ¿Hay recesión en puerta? No parece ser todavía el caso, pero no se puede descartar, sobre todo por los indicadores económicos dados a conocer por el Inegi
Carlos Mota - El Heraldo de México
Muy mala noticia. La desaceleración fuerte de la economía mexicana en el arranque del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum es una adversa realidad con la que tiene que lidiar. ¿Hay recesión en puerta? No parece ser todavía el caso, pero no se puede descartar, sobre todo por los indicadores económicos dados a conocer por el Inegi: caída del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) para agosto de 0.3 por ciento y la caída potencial del mismo indicador según refirió anteayer el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), de -0.1 por ciento para septiembre.
Esta tendencia de desaceleración fue corroborada ayer por el Fondo Monetario Internacional, que refrendó su pronóstico de crecimiento de 1.5 por ciento para la economía nacional en su famoso World Economic Outlook de octubre, liberado ayer.
Pero hay una situación por demás preocupante, que casi está pasando desapercibida: la economía mexicana, así como está tan integrada a la de Estados Unidos, está mostrando una desvinculación también respecto de ella. Es una paradoja que juega contra nosotros.
¿En qué consiste la paradoja? En que Estados Unidos solía jalarnos a su patrón de crecimiento, y eso no está ocurriendo. Las cifras lo corroboran: el FMI pronosticó que este año la economía de EUA crecerá 2.8 por ciento, mientras que la mexicana únicamente 1.5 por ciento. Es decir, creceremos poco más de la mitad de lo que crece el vecino, con quien llevamos a cabo un comercio internacional vigoroso. Y para el año que entra las cosas serán similares: EUA crecerá 2.2 por ciento, pero México únicamente 1.3 por ciento.
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