- El multitudinario mitin de Vox se convierte en un acto de apoyo a Netanyahu, mientras el ex primer ministro polaco se queda solo en su defensa de Ucrania
Miguel González - Madrid - El País
Vox ha conseguido reunir este domingo en el Palacio de Vistalegre, en el madrileño barrio de Carabanchel, ante unas 10.000 personas, a lo más granado de las distintas familias de la ultraderecha europea, estadounidense y latinoamericana a tres semanas de las elecciones europeas del 9 de junio. Consciente de las disonancias y cacofonías que presenta el “coro” de sus aliados, como él mismo lo ha llamado, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha subrayado que todos ellos (la extrema derecha francesa, laica y afín a Putin; los ultracatólicos polacos, enfrentados a Rusia; los trumpistas estadounidenses o los anarcocapitalistas argentinos) “comparten la misma amenaza” y tienen que “colaborar hombro con hombro” frente a un enemigo común: el socialismo.
Paradójicamente, la gran estrella del mitin preelectoral ha sido alguien que no se presenta a la cita con las urnas: el presidente argentino Javier Milei, recibido y aclamado como una estrella de rock por los asistentes. Como ya hizo el viernes, en su primer acto en España, Milei ha cargado contra el “maldito y cancerígeno socialismo”, al que ha acusado de asesinar “a 150 millones de seres humanos”, identificándolo con el estalinismo.
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