Mariana Campos, Articulista Opinión
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En los últimos años, fue disminuyendo la aportación de Pemex al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) No sólo eso: el Estado le regresaba una parte. Aún así, la suma de estas transferencias siempre fue positiva para el Gobierno federal. Esa bonanza ya terminó.
El primer trimestre de este año fue el primero en el que este modelo de financiamiento dio un giro. El Estado experimentó una pérdida de 44 mil millones de pesos (mmdp): le regresó más a Pemex (77 mmdp) de lo que esta empresa le contribuyó (33 mmdp). En el agregado, Pemex ya no aportó recursos al financiamiento del PEF.
El modelo de financiamiento público a partir de ingresos petroleros ha venido caducando desde hace tiempo. Es el segundo sexenio en el que los ingresos petroleros del Gobierno federal han caído a la mitad. Aunque la recaudación fiscal creció, no ha podido compensar este boquete. De tal modo que la renta total de la Federación (4%) ha crecido muy poco en comparación con las tres administraciones anteriores (36%, 22% y 24%, respectivamente). La gran pregunta es: ¿con qué ingresos ha sustituido y va a sustituir lo que está perdiendo? Lamentablemente, ha estado tapando el boquete con deuda. Esta situación ya no es sostenible.
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