Boesky sobrevolando Nueva York.
BBC News Mundo
“La avaricia, a falta de una palabra mejor, es buena.
La avaricia es correcta. La avaricia funciona. La avaricia impulsa, encuentra caminos y captura además la esencia del espíritu evolutivo. La avaricia en todas sus formas da impulso a la vida, al dinero, al amor, al conocimiento y ha determinado la evolución de la humanidad. Y la avaricia, piénsenlo bien, no solo salvará esta empresa, sino a la otra empresa enferma llamada Norteamérica”.
Esto es lo decía cuando estaba en la cima de su poder Gordon Gekko, el personaje protagonista de la película Wall Street, que le valió el Oscar al mejor actor a Michael Douglas en 1988.
Pero ni Gekko ni sus palabras eran, en realidad, pura ficción.
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