lunes, 1 de diciembre de 2025

El jubilado y su caradura

Serpientes y Escaleras

Salvador García Soto - Expreso

Apenas un año aguantó Andrés Manuel López Obrador sin tener los reflectores que tanto le gustan. Con el pretexto de presentar su libro "Grandeza" —cuyo título parece una proyección de su ego— el expresidente salió de las sombras en las que se ha mantenido y operado los últimos 13 meses en su bunker tropical, para mandar mensajes políticos muy claros a sus huestes, a la presidenta Claudia Sheinbaum, a Estados Unidos y a los opositores de la 4T.

Empotrado en una silla de madera en el jardín de "La Chingada", y con un cinismo con el que alude a logros de su gobierno, como la reducción de la pobreza, pero nada dice de las múltiples herencias negativas que dejó su sexenio, como la deuda histórica, la violencia desbordada del narco o los costosos subsidios de sus obras faraónicas, López Obrador hizo de la supuesta presentación de su libro un acto y un discurso político en el que afirma estar "jubilado y retirado", pero al mismo tiempo se muestra seguro y altanero, con el poder que sigue manejando desde su encierro.

Y aunque anuncia que decidió no recorrer el país para promocionar su libro y, casi como un favor menciona que no le hace sombra a la presidenta Sheinbaum, el expresidente deja muy claro que es él, y nadie más, quien decide cuándo sale a dar la cara y cuándo se mantiene oculto. En este caso, su intención parece ser la de entrarle al quite por el momento complicado que vive su sucesora, que enfrenta una crisis desde el asesinato de Carlos Manzo, de la que no ha podido recuperarse la doctora, que ya acusa una caída importante en sus niveles de aprobación.

Ler más

No hay comentarios:

Publicar un comentario