Jorge Zepeda Patterson - Milenio
El problema de recurrir al bluf es que por lo general se pierde frente a un jugador que no está sujeto a las mismas reglas, lógicas y responsabilidades que otros que no deben pagar las consecuencias
Parecen noticias alarmistas de una mala película de ciencia ficción; el tipo de información que el público y los políticos en su momento ignoraron pero que estaba allí para documentar en retrospectiva lo que finalmente sucedió: la devastación. El domingo se informa que Joe Biden por fin autoriza a Ucrania usar los misiles de largo alcance para atacar a Rusia; horas más tarde Putin afirma que en caso de ser utilizados podría responder con armas nucleares. El lunes el gobierno de Suecia distribuye cinco millones de folletos entre sus ciudadanos con recomendaciones a seguir en caso de una guerra; Finlandia hace algo similar también el lunes abriendo un sitio web con instrucciones sobre qué hacer en caso de una guerra. Se estima que 58% de los ciudadanos de este país ya cuentan con suministros de reserva para un caso de emergencia.
Hasta aquí se trata de declaraciones y enunciados, pero este martes nos enteramos de que, ni tardo ni perezoso, Ucrania lanzó seis de estos misiles, aunque, según Rusia, todos fueron interceptados y solo los restos de uno de ellos causaron daños menores. Casi simultáneamente, Putin dio a conocer un decreto respecto a su doctrina nuclear que incluye la posibilidad de lanzar armas de destrucción masiva en contra de una nación, aunque esta no las tenga, y sea apoyada por países que cuentan con ellas.
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