- Nayib Bukele contrató a la empresa subsidiaria de una firma sancionada por corrupción en México para construir su megaprisión. Asociaciones civiles, medios y diversos pobladores denuncian, además, detenciones arbitrarias.
Centro de Confinamiento del Terrorismo. Megaprisión. Foto: Gobierno Federal de El Salvador
Por Ricardo Balderas / PODER
Aquel primero de julio de 2020, cuando el presidente de la República de El Salvador, Nayib Armando Bukele Ortez, rendía homenaje por su toma de posesión como titular del Ejecutivo, declaró ante las personas asistentes las palabras que ahora resuenan (con alarma) en medios de comunicación de todo el mundo: “Nos toca ahora, a todos, sufrir un poco. Nos toca ahora, a todos, tener un poco de dolor”. Y así ocurrió.
El mandatario, en su discurso, narraba las condiciones con las cuales operaría parte de su estrategia de seguridad. Es decir, su plan de combate a las pandillas. Un proyecto dividido, hasta ahora, en cinco etapas al que denominó Plan Control Territorial (PCT), con el que pretendía terminar con las injusticias y la violencia.

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