- El runrún del mercado se intensifica: los bancos centrales bajarán los tipos...
- ... mientras que la inflación seguirá por encima del objetivo del 2%
- La represión financiera 'quema' la deuda, pero se come el ahorro conservador
Foto de Alamy.
Vicente Nieves - Mario Becedas - elEconomista.es
Cuando resulta complicado vaticinar el futuro, a veces lo más útil es mirar al pasado, echar un vistazo a la historia. Hoy, la deuda pública global está en máximos históricos, el gasto de los gobiernos se mantiene en niveles relativamente elevados y a corto plazo no se contemplan ni grandes recortes de gasto ni subidas de impuestos. Mientras tanto, los bancos centrales están esperando al momento adecuado para empezar a bajar los tipos (algunos ya han comenzado a hacerlo) pese a que la inflación parece haberse estancado por encima del objetivo del 2%. El runrún de los mercados (analistas, inversores...) empieza a emitir la siguiente señal: "Represión financiera". Y la historia viene a reforzar este runrún. Los ecos del pasado nos dicen que gobiernos y bancos centrales están allanando el terreno para dar comienzo a una nueva era de represión financiera similar a la acaecida tras la Segunda Guerra Mundial.
La represión financiera consiste esencialmente en mantener los tipos de interés por debajo de la tasa de inflación durante un período prolongado para permitir que la deuda 'se queme', explica el veterano estratega de Société Générale Albert Edwards. ¿Cuál es el objetivo? Rebajar la deuda a través del robo silencioso y controlado de la inflación. ¿Las víctimas? Los de siempre, los consumidores y ahorradores conservadores. ¿Los ganadores? Los de siempre, los gobiernos que verán disminuir sus ratios de deuda sobre PIB sin la necesidad de haber implementado recortes reales con el consecuente desgaste.
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