Por Luis Miguel González - El economista
Frente a López Obrador, algunos discuten los qués y otros discuten los cómos. Cuando el presidente habla de impulsar el Sur-Sureste, es difícil no estar de acuerdo con él. Tenemos una deuda histórica con esa región del país. Allí están los estados más pobres del país, los mayores niveles de informalidad y los mayores rezagos en desarrollo social y económico. De nada sirve hablar del potencial de esa región, mientras no se haga nada. De poco les ha servido contar con el 70% de los recursos hídricos y una proporción similar de los hidrocarburos.
Hablando de los cómos, la discusión se pone interesante, aunque a veces es un diálogo de sordos: ¿son el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y el Corredor Transístmico la mejor manera de pagar esa deuda… la garantía de que esta región tendrá mucho futuro? Así lo afirmó López Obrador en diciembre de 2023. Lo dijo porque lo cree y para defender estos proyectos de sus críticos. En el Tren Maya, la inversión prevista es de 511,000 millones de pesos. En la Refinería Dos Bocas van 17,000 millones de dólares. El Corredor Transístmico se desarrollará en el próximo sexenio. Quizá sea el de más potencial, a pesar de que no implica tantos recursos. En 2024, le están asignados 17,200 millones de pesos.
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