Por: Luis Miguel González - El Economista
Donald Trump le dio el tiro de gracia al sistema global de comercio, pero le perdonó la vida al T-MEC. El acuerdo comercial de América del Norte quedó damnificado y necesitará cirugía reconstructiva, pero demostró su utilidad: México y Canadá recibieron un trato menos perjudicial de parte de Estados Unidos, cuando se anunciaron las tarifas recíprocas.
Esto no es un asunto menor: México tiene ante sí la oportunidad de crecer su participación en el mercado estadounidense. Ahora, las exportaciones mexicanas se “comen” una sexta parte de los 3 billones de dólares que compran los Estados Unidos al mundo. En los próximos años, no sería raro que la participación de México supere con holgura el 20%, a costa de China que fue el más perjudicado en el Liberation Day.
Muchas cosas cambiarán en la canasta de compras de Estados Unidos, de sus consumidores y de sus empresas. Una de las grandes incógnitas es ¿de qué tamaño quedarán las importaciones totales de Estados Unidos? Es probable que veamos un decremento importante, alimentado por el proteccionismo y por una eventual contracción económica. Las decisiones de Trump han incrementado el riesgo de recesión. El presidente lo sabe y no lo rebate.
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