Samuel García - El Sol de México
El nuevo plan que presentó Hacienda al Congreso, en los PreCriterios 2026, busca mantener esencialmente el presupuesto y la ruta de consolidación fiscal a la que se comprometió. Por lo menos para este año.
Y ese planteamiento será visto con buenos ojos entre los inversionistas financieros de Nueva York y Londres, en un mundo bastante caótico con altos niveles de volatilidad, y con economías emergentes debilitadas, que es la liga en donde se ubica a México. Así que, se puede afirmar que el plan preliminar de Hacienda para este año y el próximo, será aceptado por los mercados sin grandes reparos.
Por cierto, no es una novedad que los mercados financieros globales han sido condescendientes con las cuentas del gobierno mexicano, desde hace ya varios años, y más aún cuando los activos financieros del sector público han ofrecido generosos rendimientos.
Con esta afirmación general, no quiero decir que las críticas internas sobre los supuestos en los que descansan las variables clave de los PreCriterios 2026 y los pormenores técnicos no sean válidas, ni preocupantes para el futuro inmediato. Nada de eso. La discusión sobre la hacienda pública y la sostenibilidad del gasto público no solo es necesaria, sino más urgente que nunca.
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