Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
En las cúpulas de la 4T se escucha que el director de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, ha puesto la mira en una posición del gabinete legal a la que quiere llegar apoyado por los sectores más duros de Morena.
Se trata nada menos que de la Secretaría de Gobernación, cuya titular, Rosa Icela Rodríguez, ha empezado a resentir el embate de sus propios correligionarios que buscan adelantar su salida del cargo, que originalmente estaba prevista para finales de 2026, con la idea de que la actual secretaria se fuera a buscar la candidatura de Morena al gobierno de su natal San Luis Potosí.
Pero por razones no explicadas, el grupo que empuja al exdirigente del movimiento estudiantil del 68 ha decidido anticipar su posible llegada al despacho de Bucareli, bajo el argumento de la presidenta Sheinbaum debe empezar a sacudirse las herencias del pasado sexenio y colocar en las dependencias estratégicas, como Segob, a gente de su confianza y de la línea más dura y pura del morenismo que hoy claramente domina al movimiento obradorista.
Y es que al parecer a Pablo Gómez también lo han presionado porque su actual posición, de la poderosa UIF, la quiere el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, quien le ha pedido a la presidenta que le dé el control de varias áreas estratégicas para poder desplegar la política de seguridad de combate al crimen organizado, sobre todo ante las fuertes presiones del presidente Donald Trump para que se golpee frontalmente a los cárteles de la droga no sólo con detenciones y decomisos, que ya empezaron a crecer en el actual gobierno, sino también en sus activos financieros y sus redes de lavado de dinero.
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