- Una guerra comercial cada vez más profunda podría debilitar aún más los lazos entre las superpotencias. Los efectos repercutirán en todas partes.
Por Daisuke Wakabayashi - Alexandra Stevenson - Patricia Cohen y Keith Bradsher - The New York Times
Daisuke Wakabayashi reportó desde Seúl, Alexandra Stevenson desde Hong Kong, Patricia Cohen desde Londres y Keith Bradsher desde Cantón, China.
Una vertiginosa escalada de aranceles ha desentrañado una relación comercial entre Estados Unidos y China, forjada durante décadas, poniendo en peligro el destino de las dos superpotencias y amenazando con arrastrar a la economía mundial.
La política arriesgada desplegada por ambos países ya ha superado con creces las batallas que libraron durante el primer mandato del presidente Donald Trump. En 2018 y 2019, Trump elevó los aranceles a China durante 14 meses. En su mayoría, la escalada más reciente se ha desarrollado en cuestión de días, con gravámenes que son mucho mayores y se aplican a un grupo más amplio de mercancías.
El miércoles, Trump respondió a la decisión de China de igualar su gravamen del 50 por ciento —una penalización por la contramedida de Pekín a un arancel estadounidense anterior— con un arancel adicional, elevando la tasa sobre las importaciones chinas al menos al 145 por ciento.
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