viernes, 15 de mayo de 2009

MODELO VERACRUZANO DE COMPETITIVIDAD


*Por Marco Vega.
En la década de los ochentas una buena parte del discurso público relativo a la necesidad de alcanzar mayor competitividad en las empresas mexicanas hablaba de salir a competir al extranjero para alcanzar mejores posiciones y mejores resultados; hoy la historia es diferente, con la apertura comercial la competencia global real está en la tienda de la esquina, está en todas partes, ahora hay que prepararse para enfrentar en los mercados locales a empresas de todo el mundo.
Es por esto que es necesario facilitar a las empresas veracruzanas públicas, privadas, educativas, de salud y sociales los elementos necesarios para competir con éxito ante la mayor competencia comercial. El Instituto Veracruzano para la Calidad y la Competitividad, como organismo público descentralizado del Gobierno del Estado, que tiene la misión de contribuir al desarrollo de las organizaciones públicas, privadas y sociales y de las personas que las integran, a través de la coordinación estratégica de todas las acciones que fomenten la calidad, la productividad y la competitividad, es la entidad responsable de la gestión y promoción del Modelo Veracruzano de Competitividad.
El Modelo Veracruzano de Competitividad está diseñado para servir como un esquema de reflexión para las organizaciones, que les permita de manera sistémica identificar los retos que el entorno les plantea, definiendo en consecuencia sus estrategias, así como el conjunto de capacidades que deben ser adquiridas o desarrolladas por la organización, para que a través de la ejecución se transformen en resultados de competitividad y sustentabilidad.
El entorno global plantea a las organizaciones cambios rápidos y severos que requieren de acciones decididas que les permitan mantener su posición competitiva; el Modelo Veracruzano de Competitividad se orienta al desarrollo de una cultura de calidad que genere ventajas competitivas difíciles de imitar, que permitan diferenciar a las organizaciones veracruzanas como resultado de su agilidad para responder al entorno, la innovación, la mejora continua, así como a la creación de valor para los clientes, el personal, la comunidad y los accionistas. En este sentido, la efectividad, la eficiencia operativa, el adelgazamiento organizacional y el control de costos, entre otros aspectos de gestión, constituyen ventajas fácilmente imitables, que si bien apoyan la consecución de objetivos en el corto plazo, no generan ventajas competitivas sostenibles.
Una propuesta clave en el Modelo Veracruzano de Competitividad es que toda organización necesita:
a) Conocer el entorno en el que se desempeña y su ubicación competitiva en el mismo.
b) Reflexionar respecto al rumbo y las estrategias que aplica; así como a la definición de iniciativas innovadoras capaces de responder al entorno.
c) Identificar sus ventajas competitivas y capacidades organizacionales clave, a través de las cuales ejecuta sus estrategias para el logro de resultados de competitividad y sustentabilidad.
El Modelo Veracruzano de Competitividad propone la implantación de siete impulsores de valor:
1.- LIDERAZGO: Este impulsor plantea la forma como los líderes son responsables de la identificación, referencia y revisión de las necesidades de todos sus grupos de interés, para desarrollar y compartir su visión del futuro, como una disciplina y no como una actividad, así como el establecimiento de objetivos, directrices y estrategias en función del conocimiento profundo de la dinámica en la que se desenvuelve la organización.
2.- PLANEACIÓN: Este impulsor de valor plantea la forma como la organización desarrolla sus intenciones de visión considerando los retos que plantea el entorno, definiendo sus objetivos y estrategias con base en su modelo de negocio.
3.- CLIENTES Y MERCADOS: Este impulsor de valor plantea la importancia de que la organización identifique al cliente como el elemento que define y establece los requisitos-características deseables en los productos y/o servicios que se desprenden de sus procesos. Es muy importante que la organización cuente con sistemas que permitan detectar, analizar y medir el cumplimiento de dichos requisitos y/o características de calidad.
4.- PROCESOS: Este impulsor de valor plantea la importancia de que las cadenas de proceso de la organización se encuentren alineadas con sus estrategias, creando valor a sus grupos de interés, a través del fortalecimiento de sus capacidades clave diferenciadoras. La eficiencia operativa de toda la cadena de valor, desde la selección de los proveedores hasta la entrega a los clientes a través de distribuidores debe ser impulsada por el grupo directivo.
5.- PERSONAL: Este impulsor de valor plantea la importancia de que las organizaciones alcancen el alto desempeño mediante el establecimiento de sistemas de trabajo, el desarrollo de competencias y el desarrollo de la calidad de vida del personal, alineados a la estrategia de la organización. El hombre no es recurso, tampoco es capital de nadie. El ser humano, que por naturaleza tiene todos los recursos que le rodean para crear, para el desarrollo de sus conocimientos, experiencia, habilidades, valores y actitudes, requiere ser provisto de un ambiente propicio para la entrega de su talento en la mejora de procesos y sistemas.
6.- INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO: Este impulsor de valor plantea la importancia de que las organizaciones consigan la alineación de sus mecanismos de información a la estrategia de la organización, como elemento que permita la identificación, preservación y difusión de conocimientos relevantes que apoyen las capacidades diferenciadoras de la organización.
7.- DESARROLLO SOSTENIBLE: La responsabilidad de la organización implica que el progreso y el desarrollo se den sin deterioro de los ecosistemas y, de ser posible, con un mejoramiento sistemático de los mismos.
El Modelo Veracruzano de Competitividad es una herramienta administrativa que está alineada a los modelos de gestión de las empresas de clase mundial, es factible su implantación en todo tipo de empresas y organizaciones públicas, privadas y sociales. Lo más importante ahora es asumir la necesidad de adoptar una cultura de calidad y competitividad en nuestro quehacer diario, no se trata sólo de la construcción de una ventaja competitiva, se trata de una forma moderna de gestionar empresas como un imperativo para la supervivencia organizacional.

*Subdirector de Formación para la Competitividad
Instituto Veracruzano para la Calidad y Competitividad

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