Arturo Damm Arnal - La Razón de México
Los aranceles generan presiones inflacionarias (de entrada en el país que importa), y recesivas (para empezar en el país que exporta), y limitan la competencia entre oferentes (entre productores nacionales y extranjeros), en detrimento del bienestar de los consumidores (del país cuyo gobierno impone aranceles a las importaciones), razones para prohibirlos, inclusive en los casos en los que podrían justificarse (léase, en el Pesos y Contrapesos del próximo miércoles, el caso de China).
Trump ha puesto y quitado aranceles a diestra y siniestra, siendo la consecuencia más grave la inseguridad que ha generado, sobre todo entre los empresarios, cuyas decisiones para invertir directamente (para producir bienes y servicios, crear empleos, generar ingresos y elevar el bienestar), requieren de seguridad, sobre todo en un tema tan delicado como el de los impuestos (y los aranceles son impuestos).
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