- Las condiciones financieras han sido acomodaticias en todo momento desde el Covid-19
- Las emisiones masivas de deuda suavizan las condiciones de financiación en el mercado
Álvaro Moreno - Víctor Blanco Moro - Madrid - elEconomista.es
Los mercados están bailando entre la euforia y el pesimismo en una lucha por la narrativa en cada dato macroeconómico. Los datos de empleo, el IPC, las ventas minoristas y ahora la vivienda. Todas estas citas están dándole a los inversores piezas del puzle de la Reserva Federal y todos quieren responder a una pregunta: ¿Cuándo y cuánto recortará Jerome Powell? Todo parece indicar (el mercado ofrece un 100% de probabilidad) que la Reserva Federal dará el pistoletazo de salida a la era de los recortes este mismo septiembre, acabando así con una de las etapas de endurecimiento monetario más agresivas que se recuerdan, pasando de unos tipos al 0,25% al 5,5% en tiempo récord y manteniéndolos sin cambios durante más de un año. Sin embargo, aunque el banco central tomará su decisión entonces, la realidad es que los recortes comenzaron hace mucho tiempo, pero fue la Casa Blanca quien los activó y lo hizo a través del mercado de bonos.
Stephen Miran (que trabajó en el Tesoro en la etapa de Donald Trump) y Nouriel Roubini, economista de Roubini Macro Associates, defendieron en un reciente informe publicado por Hudson Bay Capital que los movimientos del gobierno en el mercado de deuda están siendo responsables de una potente y profunda flexibilización que está dejando sin efecto los esfuerzos de la política monetaria de la Reserva Federal.

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