Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
En la "transformación" que sufrió desde que llegó al poder, donde cambió su estilo afable y la sencillez del académico por los desplantes de poder y el autoritarismo, el gobernador Rubén Rocha Moya también sufre de amnesia. Se le olvida, por ejemplo, que él fue quien negoció con el poderoso Cártel de Sinaloa para apoyar no sólo su campaña, sino también la de otros gobernadores de Morena, amigos suyos, a los que también vinculó con los capos de su tierra. Se le olvida que también él, junto con sus amigos, fueron financiados por Sergio Carmona, el asesinado empresario tamaulipeco que fondeaba las campañas morenistas con dinero del huachicol aduanero.
Se le olvidó que la Universidad Autónoma de Sinaloa lleva ese nombre, precisamente, porque las leyes y la Constitución sinaloenses le dan esa autonomía para manejarse tanto en su administración interna, como en la elección de sus rectores y directivos, y en vez de comportarse como un gobernante respetuoso de la autonomía universitaria emprendió una cacería política, con investigaciones judiciales a modo, para destituir al rector Jesús Madueña, acusarlo de presuntos desvíos y acosar a todo el grupo universitario que se defendió legalmente y acusó la intentona del gobernador por someterlos y tomar el control de la Casa de Estudios.
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