- En el sexenio pasado se repartieron 817 permisos para exportar e importar petrolíferos. Muchos se otorgaron a los amigos de la 4T, y luego se redujeron a 522
Darío Celis - El Heraldo de México
EN PUNTO DE quiebre en la política energética del país entre el gobierno de Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador será la autorización de los nuevos permisos de importación de gasolina, diésel y turbosina de Estados Unidos a México.
En el sexenio pasado se repartieron 817 permisos para exportar e importar petrolíferos. Muchos se otorgaron a los amigos de la 4T, y luego se redujeron a 522. Pero cuando vino la crisis del huachicol fiscal, que generó un quebranto a la hacienda pública, por lo menos, de 600 mil millones de pesos, se redujeron.
Se cerró la llave y se estima que quedan menos de 14 activos en manos de Exxon Mobil, de Darren Woods; Koch de Charles Koch; Shell, de Wael Sawan; Marathon, de Maryann Mannen, y Valero, de R. Lane Riggs. Uno de esos permisos pertenece a Petróleos Mexicanos, dirigido por Víctor Rodríguez Padilla.
En el camino fueron suspendidos los grandes grupos gasolineros mexicanos, como G500, que dirige Guillermo Diez Barroso, e Hidrosina, de William Karam. Fuentes vinculadas a la industria aseguran que muchos grupos gasolineros estaban involucrados en alguna parte de la cadena de ilícitos del huachicol.
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