Mario Maldonado - Sonora Presente
La presidenta Claudia Sheinbaum cerró la semana con una señal de alarma dirigida al sector privado. ¡México necesita inversión! No lo dijo expresamente con esas palabras, pero así se leyó en las subsecuentes reuniones con la cúpula de la iniciativa privada del país —los ultrarricos de México— del miércoles y jueves.
Tras el anuncio de la creación de un nuevo Consejo para la Promoción de Inversiones este jueves, ayer la Presidenta sostuvo otra reunión clave con el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), el grupo que concentra a los dueños de las compañías más grandes e influyentes del país. Asistieron 48 empresarios, entre ellos líderes industriales, financieros, comerciales, mineros y de telecomunicaciones, en un encuentro que marcó un cambio en la relación del nuevo gobierno con la élite corporativa. La mandataria escuchó diagnósticos duros y planteamientos puntuales, consciente de que la economía se encuentra en uno de los momentos de mayor debilidad en años y que el país requiere una estrategia de inversión inmediata.
Las cifras que llevaron a Sheinbaum a activar esta operación de contención hablan por sí solas. El Banco de México proyecta un crecimiento de apenas 0.3%, mientras que bancos globales y consultoras internacionales describen el escenario como una recesión técnica, tras varios meses de caídas consecutivas en la actividad industrial, en el empleo formal y en las exportaciones agroindustriales. La señal más crítica proviene de la inversión fija bruta, el termómetro clave de la capacidad productiva del país, que registró en septiembre una caída de 8.4% anual y cumplió 13 meses consecutivos en números rojos. La construcción se desplomó más de 10% y la maquinaria y equipo retrocedió 6%, confirmando un deterioro que compromete el crecimiento potencial de mediano plazo.
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