- Y el epicentro de ese problema tiene nombre y apellido: Mauricio Camarena Páez, hijo pródigo del subsecretario Juan José Vidal Amaro
Darío Celis - El Heraldo de México
EN EL SECTOR energético mexicano ya dejó de ser un secreto: los contratos mixtos no están atorados por complejidades técnicas, ni por falta de inversión, ni por resistencias internas en Pemex.
Están atorados, porque en la Secretaría de Energía (Sener) reina el desorden, la soberbia y la improvisación.
Y el epicentro de ese problema tiene nombre y apellido: Mauricio Camarena Páez, hijo pródigo del subsecretario Juan José Vidal Amaro.
Funcionarios, empresas y especialistas coinciden en el mismo diagnóstico: un titular de unidad ha tomado por asalto decisiones estratégicas, para imponer condiciones absurdas, desconociendo estándares internacionales y bloqueando la viabilidad de uno de los proyectos más importantes del gobierno.
No es exageración: es lo que respiran, con frustración, quienes han participado en el proceso.
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