- No había manual para manejar el país, hasta que a López Obrador se le ocurrió la idea de viajar cada fin de semana con la mandataria electa
Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum asisten a un evento con familiares de los mineros que perdieron la vida en la mina Pasta de Conchos en Nueva Rosita, México, el 14 de junio de 2024. Daniel Becerril (Reuters)
Jorge Zepeda Patterson - El País
Nadie estudia para ser presidente, ni hay cursos intensivos para convertirse en mandatario. YouTube puede estar abarrotado de tutoriales para cualquier tema que pueda a uno ocurrírsele, pero no este; no hay manual del usuario para manejar al país. Bueno, no lo había hasta que a López Obrador se le ocurrió la idea de viajar cada fin de semana con la presidenta electa.
A lo largo de diez viernes, sábados y domingos el presidente en funciones y la presidenta electa recorrieron el país de un extremo al otro. Algunos lo interpretaron como el tour de la despedida, un homenaje al ego para arroparse en el aplauso popular antes de hacer mutis de la escena política. Sería una lectura más bien frívola. Otros lo juzgaron en términos aún más críticos: como una inmersión de adoctrinamiento para leerle la cartilla a su sucesora, imponer condiciones y exigencias.

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