sábado, 13 de octubre de 2012

MENSAJE RECIBIDO

DIEGO PETERSEN FARAH / EL SIGLO DE TORREÓN 

En tres patadas

Uno de los cinco grandes temas de este país, es sin duda la migración. Quizá sólo la pobreza, la violencia, la reforma educativa y la reforma laboral estén por encima del tema migratorio. No es un tema al que queramos o no queramos entrarle. No hay opción: la frontera con Estados Unidos nos convierte en automático en un país que expulsa y capta migrantes. En este contexto, el nombramiento de Ana Gabriela Guevara como presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios es simplemente irresponsable.
Ana Gabriela puede tener todas las cualidades del mundo y encasillarla sólo como una gran velocista puede ser injusto. Ella fue una gran corredora y ahora es un personaje político que se va a dedicar a la política, pero su experiencia en relaciones internacionales es cero. Pero tan absurdo es poner a una novel política en un tema tan delicado como mandar a una corredora principiante a las olimpiadas para que se foguee. Ana Gabriela, claridosa como es, no hubiese dudado en criticar tal despropósito.
Sea quien sea el próximo presidente de Estados Unidos el tema migratorio estará en el candelero. Si gana Obama es muy probable que plantee una reforma migratoria y si gana Romney el tema será punto menos que álgido.
En cualquiera de los dos casos la presión para que México cierre la frontera sur e imponga los cánones estadounidenses de control será enorme. Este es un asunto que ha venido avanzando sin hacer demasiado ruido y que continuará en los próximos años: Estados Unidos Y Canadá buscarán una integración de los modelos migratorios con políticas estandarizadas.
Un ejemplo de ello es que México ya no pide visa a ciudadanos colombianos (los más mal tratados en territorio mexicano)... si tienen visa para EU. Es decir, en la practica México ha ido equiparando sus políticas de migración a las del vecino país.
No hay nada más distinto a una carrera de velocidad que la política; las relaciones internacionales se tejen despacio, amarrando cada nudo y con pericia. En la práctica la senadora Guevara a lo más que puede aspirar es en este tema es a no estorbar, lo cual es ya de por sí patético. Lo que es seguro es que le está quitando al país la posibilidad de que esa comisión del Senado la ocupe alguien que sepa del tema y aporte.
Quizá el mensaje que nos quieren mandar los senadores es simplemente que lo que pasa en el Senado de la República es tan poco importante que cualquiera puede presidir cualquier comisión. Salud. Mensaje recibido.

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